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lunes, 8 de enero de 2018

Tita, la abuela de Yalí Núñez



Mi infancia y juventud estuvo vinculada a la familia de Ana Rosa López Vega, más conocida por Tita. Mipa, el padre, murió a consecuencia de un infarto en una discusión en la tabaquería donde laboraba.

Mipa era militante del Partido Socialista Popular (PSP) y cuando murió, el Partido le encomendó a mi padre, José Manuel Quintero Suárez, guardaespaldas de Blas Roca, ocuparse de los seis hijos huérfanos (Tita, Roberto, Filiberto, Lucrecia, Rodolfo y Merceditas), de la viuda Rosa Vega, Mama, como le decían, y de la abuela Ana, ya muy longeva y a quien recuerdo siempre sentada en un sillón.

Vivían en la accesoria de un solar, cerca del Callejón de Hamel. Eran mulatos chinos, unos más claros que otros. Gente pobre, limpia, hacendosa y honesta. Todos dispuestos a estudiar y trabajar para sacar adelante a los suyos.

Lucrecia comenzó a trabajar en la biblioteca y archivo del PSP y Filiberto, que sabía mecanografía y taquigrafía, como secretario de Carlos Rafael Rodríguez, con quien laboró toda su vida. Roberto estudió en Artes y Oficios, Merceditas se graduó de maestra en la Escuela del Hogar y Rodolfo no me acuerdo lo que estudió.

La única que se dedicó al mundo de la tabaquería, como el padre, fue Tita, que era puro nervio. Trabajadora sobresaliente y activa luchadora dentro de las filas obreras y del sindicato tabacalero, muy pronto sobresalió como dirigente y como militante, primero del PSP y después del Partido Comunista de Cuba.

Tita se casó con Raúl Núñez, que estaba emparentado con los Maceo, pero no fue demasiado feliz en su matrimonio por la afición a la bebida de su marido. Tuvieron un solo hijo, Raulito, que era el delirio de Tita. Cuando Raulito se casó con Caridad, como Tita era servicial y cariñosa, su nuera Cachita se convirtió en la hija que nunca tuvo.

Pero el amor hacia hijo y nuera pasó a segundo plano cuando el 2 de noviembre de 1987 nació Yalí Núñez, su única nieta. Escribo esto porque varios medios, entre ellos Diario Las Américas, han divulgado una historia sobre Yalí que no solo encuentro increíble, sino insultante, al no mencionar los nombres ni la procedencia de sus padres ni de su familia, en particular de su abuela Tita.

Al margen de la truculenta narración de cómo llegaron a Estados Unidos, me gustaría aclarar que ni Yalí ni sus padres fueron reprimidos en Cuba y vivieron mejor que muchas familias habaneras, inclusive durante el período especial. Antes de irse, a Tita la dejaron internada en el Asilo Santovenia, en El Cerro, atendido por monjas de la Iglesia Católica y al ser el mejor asilo de Cuba, hay que tener una buena palanca o pertenecer a determinados organismos estatales para poder dejar ahí a un familiar por tiempo indefinido.

En un email de Yalí del 17 de enero de 2014, cuando le pedí unos datos personales para una entrevista que nunca se realizó, su curriculum era mucho más sencillo:

"Dejé Cuba a la edad de 15 años (a punto de cumplir 16). Viví en países como Honduras, Guatemala y México durante un período de un año. Al llegar a Estados Unidos, dado el alto nivel educacional de Cuba, ingresé al High School de manera aventajada. En High School hice el 11 y el 12 grado, graduándome con honores nacionales. Después ingresé en la carrera de Periodismo en University of South Florida donde terminé periodismo también con honores. Despues de graduarme de periodismo me mudé a California, donde comencé a trabajar como coordinadora de programación y reportera para FOX Sports International. Después de pasado cierto tiempo, recibí una oferta como primera conductora de Deportes en Univision, en la ciudad de Fresno, Califonia".

Uno escoge a sus amigos, pero no a su familia. No hay por qué avergonzarse, ocultar o renegar de tu entorno familiar, esté formado por negros, blancos, mestizos, comunistas, anticastristas, militares, católicos, protestantes, masones, santeros, abakuás, gays, alcohólicos, drogadictos o antisociales.

En tiempos de fake news, fotomontajes, mentiras y medias verdades, el éxito debiera ser para aquellas personas que sean transparentes, humildes y sinceras. Cualidades que no veo en esa historia sobre Yalí Núñez, la nieta de Tita.

Tania Quintero
Foto: Ana Rosa López Vega, Tita, en los años 80.

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